domingo, 30 de enero de 2011

Maquiavélico.
Hoy he escuchado una frase que me ha impactado: “Saber sortear la racionalidad es el cimiento de las relaciones humanas”.
Es la frase que necesitaba. Hay días normales, días pesados, días largos, días cortos y días en los que simplemente, acabas hasta los cojones. Es precisamente en estos cuando necesitas algo que te desahogue, algo que te dé la razón aunque no la tengas, algo que sustente tus calumnias y que dé sentido a tus quejas y malas palabras escupidas a la nada. Y hoy, mientras descansaba cinco minutos en el sofá, he escuchado como estas palabras cruzaban el salón y se metían en mi cabeza, fabricando una sonrisa entre sarcástica y satisfecha en mi cara.
La racionalidad, los ideales, las convicciones, las opiniones, los puntos de vista… Son como piezas de un rompecabezas unipersonal que intentamos unir a los de los demás, y que por mucho que lo intentamos, no encajan. Hay mucha gente que simplemente, al ver que esas piezas no encajan, las recortan y las moldean con las tijeras de la hipocresía para encajarlas a la fuerza, sin miramientos, pero hay otros que viendo que éstas no encajan, no fuerzas para encajarlas, no intentan moldearlas, sino que simplemente montan su propio puzle y no miran el de los demás.
El camino puede ser muy fácil. Puedes, como dice la gran frase, sortear tu propia racionalidad para adaptarte a la de los demás, y así, seguramente, conseguirás amigos, compañía, apoyo y hasta tal vez sexo.
Pero si no lo haces, si decides seguir con tus ideales y tu propia racionalidad, lo más probable es que ese número de amigos se reduzca, la compañía desaparezca y ese apoyo del que podrías disfrutar flaquee. ¿Por qué? Porque alguien convencido es alguien insoportable. A nadie le gusta que le lleven la contraria, a nadie le gusta que le quiten la razón, y a nadie le gusta recibir lecciones.
Es entonces cuando aparece otra frase genial, ésta un poco más antigua, de un hombre llamado Maquiavelo, que dice que “el fin justifica los medios”. ¿Hasta qué punto es loable una actitud hipócrita? ¿Se le puede llamar hipocresía a una sensación de necesidad? Me explico. Siguiendo con la metáfora del puzle, alguien que monta su propio puzle, sin fijarse en el de los demás y sin forzar sus piezas para encajarlas con las del resto del mundo, corre el riesgo de quedarse solo, de no encontrar a nadie con quien de verdad encajar esas piezas. Entonces, pienso, ¿es realmente ético y racional no recurrir a la hipocresía para evitar la soledad y disfrutar de las relaciones? Es decir, cuando llegas a un punto en el que tienes claro dónde quieres llegar, en el que tienes claro cómo eres, qué quieres y cómo lo quieres, ¿es correcto moldear tus piezas para encajarlas a las de los demás para intentar formar parte de una sociedad monótona pero necesaria?, ¿o hay que seguir a piñón fijo construyendo tu propio puzle y esperando si, con suerte, alguien es capaz de encajar sus piezas con las tuyas?
La filosofía maquiavélica, muy mal vista por muchos sectores con ética y moral férreas, dice que mientras alcances tus objetivos, los métodos que emplees son perfectamente justificables. Una teoría egoísta, pero se amolda perfectamente a mi pregunta, proporcionándome una respuesta clara: mientras termines construyendo tu propio puzle, puedes moldear tus piezas a las de los demás, haciendo que esa experiencia y esos momentos, te ayuden a terminar de construir el tuyo.