miércoles, 2 de febrero de 2011

El Mito de la Taberna

- Póngame una copa de Sentido, por favor.
- ¡Oh...! Lo siento, pero de eso no tenemos, por aquí.
- ¿Y sabe dónde puedo encontrar un poco?
- No creo que encuentre por esta ciudad, no es muy frecuente últimamente...
- Pues entonces póngame una taza de Suerte con dos terrones de azúcar, por favor.
- De eso sí que tenemos, pero desgraciadamente no creo que usted pueda pagarlo.
- ¿Y cómo es eso? ¡Llevo mucho dinero! ¿Qué se ha creído usted?
- Justamente por eso, señor, porque no se puede comprar con dinero, ni convencer con palabras: esa copa se la tiene usted que ganar.
- Pues póngame un carajillo de Amor, que caliente este alma solitaria.
- ¿De verdad quiere uno?
- ¿Que no me ha oído cómo se lo he pedido?
- Sí, sí le he oído. Lo que pasa es que este tipo de bebidas, tienen un sabor más especial si las hace uno mismo, ¿sabe lo que quiero decir? No hay nada mejor que prepararlo usted mismo, con tiempo, con dedicación y con ganas, porque si lo compra, si lo pide hecho, ni tiene el mismo sabor, ni el mismo gusto... Debe saber por su cuenta lo que significa beber esta copa, y para ello, necesita prepararla usted mismo, ¿verdad que me entiende?
- ¡¿Y qué es lo que me puede ofrecer, entonces?!
- Una copa de Realidad, por ejemplo...
- ¡¿Y se puede saber qué es eso?!
- Hombre, es una copa curiosa, ya que según dicen, todo el mundo le encuentra un sabor diferente, y saber beberla es un arte. Hay gente que la encuentra amarga, otros la encuentran muy dulce. Hay quien la nota demasiado espesa, agridulce e, incluso, picante. También he visto mucha gente que la encuentra gustosa y sabrosa, pero muchos otros, en cambio, dicen que parece agua: insípida, inodora e incolora. Mucha gente dice que es una bebida excitante, interesante y muy viva, otros, en cambio, no la toman nunca porque dicen que es demasiado triste e insípida. Hay gente que bebe mucha de golpe, y no le sienta muy bien, otros en cambio, la toman muy poco a poco, con miedo, como si fuese una bebida demasiado fuerte para ellos. Pero hay unos pocos, que la beben decididos, y que no se paran a pensar qué sabor tiene, cómo huele o qué pinta tiene el líquido, sino que simplemente la beben y la disfrutan tal y como es, tanto si la encuentran dulce, como amarga, espesa, o con burbujas, excitante o relajante... Hay gente que simplemente la bebe, la saborea y se lo traga, dejando el vaso vacío y pidiendo otra, ya que esta gente, cuando ha probado una con esta seguridad, nunca se cansa y entonces quiere otra, y otra…
- Está bien, ¡pues ponga hacerme una!
- Ya la tiene delante, señor. Se la he puesto sólo verlo entrar por la puerta. Sólo tiene que abrir los ojos, mirar, coger el vaso, y beber, con fuerza, sin miedo. No se eche atrás, sólo hay un camino, y es hacia adelante, y sólo usted puede decidir cómo atravesarlo. Salud, amigo mío.

1 comentario: