miércoles, 23 de febrero de 2011

Anoche me faltó el aire...

Anoche me faltó el aire. Mi boca abierta buscaba un suspiro, pero éste se escurría entre mis labios. En un rincón de mi cama, sudoroso y asustado, me vi gritando en silencio, susurrando a gritos súplicas desesperadas a unas bocanadas de aire que huían de mis entrañas. Con el pecho en llamas me levanté de la cama y, a tientas por mi pequeña cueva, atravesé la agridulce oscuridad que se apilaba entre mis cuatro paredes, y llegué a la ventana. Sentía mi cara iluminada por los pequeños claros que agujereaban la oscuridad, y el frío del cristal recorriendo todo mi cuerpo a través de mi mano. Subí la persiana, bañándome en una negrura urbana, manchada de luz. Me faltaba aire. Me faltaban fuerzas. Hacía días que tenía hambre y no podía calmar mi hambruna. Hacía días que moría de sed y no podía dejar de sentirme sediento. Hacía tiempo que me sentía cansado pero el sueño no mataba mi agotamiento. Y ahora, de repente, quería respirar. Necesitaba aire, y no lo alcanzaba. El vacío no podía llenar mis pulmones, mi cuerpo ni mi mente. Entonces, cuando mi cuerpo se tambaleaba como una peonza sin fuerzas y mi vista empezaba a difuminarse, abrí la ventana, y mi alma se escapó. La habitación se inundó de noche, las paredes se pintaron de oscuro frío invernal y mis pulmones se llenaron otra vez de aire fresco, frío, helado, mientras mi cuerpo, rígido e inmóvil, contemplaba como mi alma se mecía con el viento por la oscuridad de la noche, como atravesaba las lóbregas nubes, como rozaba las estrellas que, como ella, brillaban solitarias en medio de la noche, como se empapaba de espuma de mar al pasearse por encima de las olas, como el rocío le salpicaba la cara cuando corría por los bosques y como me contemplaba a mí des de lo alto de los más altos picos. Desde mi ventana contemplé a mi alma, que entre la lobreguez de la noche corría, nadaba y volaba… Libre, feliz y completa.
XIII


3 comentarios:

  1. Sé libre, sé feliz. Sé completamente y simplemente, Marc Ortuño. Gran post.

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  2. Segunda lectura, y sigo sin ver el "contenido profundo" xd

    No esta hecha la miel, para la boca del asno

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  3. a veces, la gente necesita abrir la ventana y dejarse ir, escapar, porque hay demasiadas cosas dentro que les ahogan, no les dejan respirar y les agobian. a veces, se necesita abrir una ventana y sacarlo todo para respirar, mirar, y verlo todo desde otra perspectiva.

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